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¿Conoces las copas para los vinos?

Las copas y vasos son recipientes que se han usado desde la antigüedad al menos de la manera más primitiva. Se vienen usando desde las primeras culturas de la antigüedad. Es un utensilio básico en las que existen infinidad de variedades y hoy nos dejamos seducir por el diseño, pero ¿lo usamos correctamente?

Más allá de los gustos los expertos aseguran que se necesita un recipiente concreto, el material, el color, la forma, el peso o el tamaño de la abertura puede afectar directamente la percepción del sabor, olor y hasta color, favoreciendo o perjudicando el disfrute de la bebida, en este caso de los vinos. Las variaciones de las copas y vasos nos ayudan a definir las características organolépticas de los vinos por su olor, sabor o tacto.

 Ahora introduzcámonos a las partes de una copa, comenzamos con la base, también conocida como pie. Es la parte inferior de la copa siendo el elemento que posamos en vertical cuando la colocamos sobre la mesa o alguna superficie, también es uno de los puntos donde podemos sostener la copa para evitar pasar el calor corporal al vino o bebida.

El tallo: conocido como fuste o pierna, es la parte que une la base de la copa con el cuerpo, otra parte de la copa que es fundamental para poder sostenerla. Esta debe mostrar cierta proporción con el tamaño de la base y el cuerpo.

Y por último está el cuerpo: conocido como el cáliz o balón, es sin duda el más importante ya que contiene el vino.

Tipos de copas

Existen múltiples cantidades de copas hemos escogido las más utilizadas y son: 

De base ancha y extensa, mayor oxigenación del vino y mayor contacto con el aire, ideal para vinos con cierta crianza que presentan matices, aromáticos. Necesitan evolución en la copa, para que el vino abra, se debe girar el vino en copa a través de movimientos circulares, allí afocan los aromas secundarios y terciarios del vino.

De base estrecha, son indicados para evitar una oxigenación excesiva, ideal para vinos más ácidos frescos y más aromáticos, en lo que los aromas primarios se presentan de forma más expresiva esto es para el caso de vinos tintos jóvenes, rosados o blancos sin crianza.

En el caso del cuello del cuerpo sirve para concretar más o menos los aromas del vino a medida que estos ascienden por el aire hasta nuestra nariz. Si estamos ante un vino complejo y estructurado tendrá matices aromáticos más delicados y se verán potenciados sus aromas para servirlo en copa de cuello más estrecho, se recomienda para vinos con crianza.

Mientras que los vinos con aromas excesivos sugerimos copas de cuello más ancho para que el primer golpe aromático sea más directo y se conserve todo el esplendor, esto para vinos afrutados, jóvenes y frescos.

En cuanto a la boca del cuello de la copa nos referimos a la altura superior donde se sirve y se bebe el vino, este presenta un diámetro igual al cuerpo más estrecho o más ancho.

También el material de las copas de vinos es importante que sea siempre de cristal o de algún vidrio de calidad transparente, incoloro de un espesor de no más de 1mm de las paredes de la copa, así pueden apreciar todos los matices del vino en la primera fase visual: el color, la nitidez y la lágrima.

Pero, ¿Cuántos tipos de copas hay?

Como hemos dicho el tipo de copa puede potenciar o atenuar el vino, por ello podemos encontrar diversos modelos de copas y cada una de ellas adecuadas para un tipo de vino concreto.

Existe un sinfín de modelos y formas de copas hay unas que llegan a ser tan específicas que son para determinados tipos de uvas y hasta copas para diversas denominaciones de orígenes, no con esto queremos complicar su elección queremos presentar apenas 3 o 4 tipos de copas que se van a servir a la hora disfrutar casi cualquier vino.

Copas para servir vinos tintos son aquellas tipo Borgoña y Burdeos, ambas son copas grandes con base de cuerpo redondas que permiten que el vino gire correctamente en su interior son amplias y facilitan la oxigenación. La copa Burdeos es la más utilizada en el mercado.

Copas para servir vinos blancos, es muy parecida a la copa de Burdeos pero con un menor tamaño del cuerpo y un tallo más prolongado, la boca de la copa suele ser un poco más abierta para potenciar el dulzor de los blancos más frescos, el tamaño del cuerpo evita una oxigenación excesiva del vino y ayuda a que conserve mejor la temperatura.

Este tipo de copas son perfectas para servir todo tipo de vino, vinos rosados, vinos tintos jóvenes, afrutados, que deban servirse frescos.

Copa Chardonnay es algo más pequeña y con la boca más ancha para apreciar mejor los matices afrutados de esta variedad de vinos, que no necesitan dirigir tanto o concentrar los aromas en la degustación, es una muy buena opción para vinos espumosos.

Copa de generosos o vinos dulces es similar a la copa para vinos espumosos, pero de menor tamaño y de tallo más corto este tipo de copa puede ser utilizada prácticamente para disfrutar cualquier vino especial, dulces, olorosos, amontillados, Pedro Ximénez, vinos muy aromáticos dulces, de alto contenido alcohólico que se sirven fríos y van reforzados con las características de este tipo de copas.

Y por último en el caso de vinos espumosos en general se sirven en copas tipos flautas, son copas alargadas, muy estilizadas, estrechas con tallos largos y finos este tipo de vino debe servirse frío por lo que la forma de la copa sirve para evitar subida de la temperatura del vino, por este motivo el cristal es de mayor grosor que de las anteriores. Además, este tipo de vinos se caracteriza por la subida de burbuja y este tipo de copas da para observar perfectamente para disfrutarla.

Así existen un universo de copas y recipientes donde podemos disfrutar el vino, por ahora hemos finalizado este hermoso recorrido por esta amplia gama de opciones.

¿Y a vosotros os ha gustado?

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